La Policía Nacional ha desarticulado en Sevilla siete células georgianas especialistas en robos con fuerza en domicilios con la detención de 22 individuos, de estos 10 han ingresado en prisión provisional.
Desde el pasado mes de julio se contabilizan 27 robos y múltiples tentativas de delito en Sevilla y provincia, según los reportes de la Policía. El último episodio se remonta a la madrugada del pasado 23 de agosto, donde varios agentes utilizaron sus vehículos para cortar el paso a los seis individuos.
Todos estos detenidos forzaron unos domicilios a altas horas de la madrugada cuando fueron sorprendidos por la Policía. Entre los detenidos, los agentes identifican a dos miembros importantes de la organización.
Llamados ladrones de ley, cuyos tatuajes demostraban su pertenencia a la organización, así como el alto nivel en la misma. Esta ha sido la séptima y última célula desarticulada hasta la fecha.
Mafia georgiana afincada en España
Desde el pasado mes de julio, ha llevado a cabo siete operaciones contra estas células especializadas en el robo con fuerza en domicilios, entre las cuales está la desarticulación de una banda de cuatro miembros, mientras se disponen a huir de la ciudad en dirección a Málaga.
Dentro de los vehículos que utilizaban tenían múltiples joyas escondidas en caletas y recoveros. También desarticularon otra célula, mientras que fueron sorprendidos in fraganti tres individuos cuando robaban en un domicilio gran cantidad de joyas y dinero en efectivo.
Mientras intentaban huir de los agentes, fueron detectados saliendo de un bloque de viviendas y uno de los detenidos simuló sufrir un ataque de nervios para deshacerse de unas ganzúas que portaba consigo.
Una de las bandas contaba con numerosos miembros especializados en el robo con fuerza en domicilios mediante el uso de técnicas profesionales de apertura de las cerraduras sin dejar rastro aparente de su manipulación.
Las mafias cuentan con una estructura piramidal, con un claro reparto de tareas y varios escalones operativos en cuya cúspide se encuentran los VOR y KAZONE, sus miembros, para diferenciarse y reforzar su posición dentro de la organización, se tatúan diversos símbolos.
Cuentan con infraestructura que les proporciona todo lo necesario para la comisión de los delitos, como documentos falsos, identidades, vehículos preparados con huecos y escondites para ocultar lo robado, alojamiento, dinero y herramientas.
Modus operandi
Durante las horas nocturnas estas bandas aprovechaban para marcar las viviendas que pueden ser posibles objetivos, para esto usan un hilo de pegamento que une la puerta y el marco, a los pocos días, regresan a los domicilios, sembrados y en caso de que los testigos estén iguales, se entiende que la vivienda está sola.
La identificación de las células, que son itinerantes a nivel nacional e internacional, suele verse dificultada por la tardía detección del robo, lo que sucede en los meses de vacaciones, se puede suponer que los miembros hayan abandonado la ciudad o el país.
Estas bandas operan desde muchos lugares, con el fin de lograr su objetivo que es robar en las viviendas, los objetos de valor de los propietarios, muchas veces dañando puertas, cerraduras, ventanas, entre otros.